¿¡Quien soy yo para exigir de ti lo que no obtienes de mi!? ¿Cómo puedo pedirte algo si no te doy lo que tu necesitas? El corazón humano es algo que siempre intriga, necesita tanto pero da muy poco, al menos en algunos casos, es absurdo como somos capaces de exigir tantas cosas y recriminar cientos mas sin siquiera dar la mitad de las cosas que pedimos, es una tontería la verdad, pero es así como cientos, no, miles de personas funcionan en este mundo de esta manera, vamos por el mundo pidiendo tantas cosas a tantas personas y no queremos dar nada a cambio, queremos un cambio pero no estamos dispuestos a cambiar, pedimos mas y damos tan poco, no estoy recriminando nada a nadie, ni mucho menos enojado con nadie mas que conmigo mismo, ¡Ah la vanidad! ¿Cómo somos capaces de sentirnos acreedores de tantas cosas cuando hacemos tan poco? Lo cierto es que nuestro propio orgullo y prepotencia nos hace pensar que merecemos tantas cosas cuando en realidad no hacemos merito para ninguna de ellas, debemos (y digo debemos porque soy una de esas personas) de dejar de pensar tanto en nosotros mismos y empezar a pensar en los demás.
Reflexionen sobre esto.